Ahora que nos encontramos inmersos en la temporada navideña, un periodo entrañable para muchos y, quizás, menos apreciado por otros, no entraré en juicios de valor al respecto, pero sí me gustaría proponeros que consideréis la compra de uno de los juguetes más emblemáticos de estas fechas: la clásica bola de nieve. En mi opinión, este objeto posee el potencial de convertirse en una herramienta muy útil para alcanzar la claridad mental.
¿Cómo es posible, os preguntaréis? Para contemplar con absoluta nitidez el contenido de la bola, es imperativo permitir que la madre naturaleza, personificada aquí por la fuerza de la gravedad, cumpla su papel y deje que los copos de nieve se asienten. Lograr este asentamiento requiere abstenerse de tocar, mover o agitar la bola. Una vez que la bola reposa, con los copos de nieve debidamente asentados, revela con total nitidez su contenido maravilloso: ya sea un reno, Papá Noel, un árbol de Navidad, un muñeco de nieve, entre otros.
De manera análoga, la claridad mental sigue un proceso similar. Para alcanzar ese anhelado estado de claridad y paz mental, es esencial permitir que la madre naturaleza actúe, representada en este caso por el respeto hacia la naturaleza transitoria de nuestros pensamientos y en consecuencia nuestros sentimientos. Dejemos que se asientan y fluyan, sin aferrarnos a ellos, sin analizarlos, sin evaluarlos, sin juzgarlos, sin darlos mil y una vueltas. No hagamos nada, simplemente dejémoslos pasar.
Recordar, cuando estéis buscando claridad mental, la clave está en no enredar con la bola. #CoachingTransformativo #NadaCambiaPeroTodoEsDiferente #ClaridadMental #PazInterior #Reflexión #RespetoInterno #Navidad
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