El otro día estaba pensando en las innumerables muestras de cariño que hacemos a nuestros caballos, desde un azucarillo a una zanahoria pasando por compras varias tales como mantillas, vendas, cabezadas,… sin olvidarnos por supuesto de los paseos, las duchas, el pienso, el fisio, el dentista, el herrador, el veterinario en caso necesario y un largo etcétera. Todas estas muestras de cariño son francamente geniales, pero si hay alguna que yo en particular destacaría, sería ponernos en manos de verdaderos profesionales de la equitación, porque si realmente queremos disfrutar de nuestros caballos y sobre todo que ellos disfruten de nosotros, es imprescindible incordiarles lo menos posible a la hora de montar. Ellos, sin duda, lo agradecerán y estarán física y mentalmente más preparados y capacitados para hacer los ejercicios. #coachingtransformativo#nadacambiaperotodoesdiferente
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